LECHE FRITA CARAMELIZADA SOBRE SOPA FRÍA DE CANELA

Estando en plena Semana Santa, es de obligado cumplimiento un postre típico que aunque por Andalucía no es muy común, merece la pena hacerlo porque está delicioso, la leche frita. Es un dulce de harina cocida con leche y azúcar hasta que espesa, cortándose la masa resultante en porciones que se fríen. Suele servirse habitualmente como postre, espolvoreada con azúcar y canela molida, aunque la que os traigo hoy está caramelizada, más rica aún. Se presenta con forma cuadrada o rectangular. Su textura es suave y blanda, tiene un color pálido y su superficie queda dorada al freírlas rebozadas en harina y huevo.


El origen de la receta es incierto, aunque hay varias regiones españolas reivindicando su autoría entre ellas, el País Vasco y Castilla León, siendo Valladolid y San Sebastián algunas de las regiones que reclaman la propiedad del origen de la leche frita porque dicen que tienen la auténtica receta. Es muy típica su elaboración casera, pero debe ser consumida en el día o al día siguiente.
La receta que os traigo hoy está inspirada en la leche frita que publicó en su día Ettore Cioccia en su blog Bavette, aunque le he dado mi toque Carmela combinando la leche con una sopa de canela muy fría que le da un toque perfecto. Os dejo la receta para que la probéis. Seguro que os encantará...

Para la leche frita

600 ml leche
120 gr azúcar
Piel de una naranja y un limón
70 gr maicena
1 vaina de vainilla
1 rama de canela
Harina
Huevos
Aceite de girasol
Azúcar

Para la sopa de canela

100 ml leche
50 ml nata
1 rama de canela
Canela molida

1. Para la leche frita apartamos un poco de leche en un bol y mezclamos con la maicena bien con unas varillas hasta que no queden grumos. 

2. En un cazo ponemos a hervir el resto de la leche con el azúcar, la vaina de vainilla abierta, la rama de canela y las pieles del limón y la naranja. 

3. Cuando esté a punto de hervir, retiramos del fuego, colamos y volcamos sobre la mezcla de leche y maicena. Lo mezclamos todo bien y volvemos a poner en el cazo al fuego. No dejamos de mover mientras espesa a fuego lento. 

4. Cuando esté bien espesa, retiramos y volcamos en un molde con forma cuadrada o rectangular. Tapamos con film  y cuando esté fría metemos en el frigorífico durante toda la noche.

5. Para la sopa, ponemos a cocer la leche con la rama de canela. Cuando haya hervido unos minutos, añadimos la nata y dejamos hervir algunos minutos más. 

6. Apartamos y cuando esté fría, reservamos en la nevera hasta la hora de servir.

7. Al día siguiente,  sacamos la sopa de canela y batimos unos minutos para darle volumen y volvemos a guardar en el frío hasta emplatar. 

8. Para la leche frita cortamos porciones, pasamos por harina y huevo batido y freímos en aceite. Escurrimos el aceite y rebozamos por azúcar. 

9. Ponemos sobre una rejilla y caramelizamos con un soplete todo el azúcar adherido. 

10. Emplatamos con la sopa en el fondo, espolvoreamos canela molida y colocamos encima la porción de leche frita. En cada bocado sentiremos el crujiente del azúcar como si fuera un caramelo, la leche blandita y templada que se deshace en la boca y contrastará con la sopa fría con un intenso sabor a canela. Deliciosa. Espero que la disfrutéis.







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