BUÑUELOS DE MANZANA CON SALSA DE CARAMELO SALADO 

Damos el pistoletazo oficial a las recetas típicas de Semana Santa, con estos buñuelos de manzana que además de fáciles, son deliciosos y adictivos, os lo aseguro! Pero, ¿a que se denomina en realidad la palabra buñuelo? Algunos piensan que deriva de la palabra "puñuelo", una especie de bolas que los romanos amasaban con los puños, otros creen que procede del francés "beignet", que significa bulto o protuberancia. El buñuelo es en realidad, una pasta hecha a base de harina mezclada con leche, huevo y levadura que se fríe en abundante aceite. Los hay salados o dulces y para cada región española es típica para unas fechas u otras, al igual que en otros países.
En lo que sí están todos los autores de acuerdo, es en que es una preparación muy antigua de la dieta mediterránea. Catón el Viejo incluyó una receta de buñuelos con el nombre de "globos", en su libro "De Agri Cultura", escrito en el s. II a.C. En ella mezclaban harina y queso y se hacían bolas que se freían y se untaban con miel y semillas de amapola a la hora de servirlos.


Tras la civilización romana, la sociedad morisca fue la siguiente en consumir buñuelos. Sus ciudadanos,eran gente humilde que habitaban en el sur de la Península Ibérica y ocupaban puestos de baja categoría o desempeñaban oficios de vendedores ambulantes. La venta de buñuelos era algo típico sobre todo en los mercados de Sevilla y Granada en dónde los presentaban fritos cubiertos de miel. Esta tradición la heredaron, tras la expulsión de los moriscos, los gitanos y feriantes, y siguieron vendiéndose en ferias y mercados hasta la actualidad.
Un tipo de buñuelos muy conocidos, son los famosos buñuelos de viento, con forma de bola, ligeros y con grandes burbujas de aire dentro. Se cuenta que su origen está en Almogía, un pueblo de Málaga, cuando en 1090 el rey sevillano Al Mutamid Ibn Abbad creó la fortaleza de la ciudad.


Viendo que escaseaban tanto la comida como la leña que usaban para los hornos, un panadero llamado Abdelaziz Ibn Drisi Al Jabazún hizo recuento de vituallas y decidió preparar unas tortitas de masa de agua y harina. Las subió a lo alto del castillo y las metió en los calderos de aceite hirviendo que se usaban para arrojarlos a los asaltantes. Se dice que son de viento, porque cuando se acercaba algún merodeador a la fortaleza, se tiraban los calderos sin mirar si aún quedaban buñuelos dentro. Si quedaban alguno, estos salían volando y de ahí su nombre, parecía como si los moviera el viento. Estos buñuelos son típicos en Cataluña, Madrid o Andalucía durante la Semana Santa. Se suelen comer como merienda o para acompañar el café después de comer, mientras que en otras regiones como en Valencia, en cambio, son típicos en época de Fallas, sobre todo los rellenos de calabaza.
Pero estos dulces, denominados también fruta de sartén, no son sólo típicos en España. El buñuelo era consumido por culturas mesoamericanas como los Aztecas y los Mayas en diversas celebraciones.


Originariamente se hacían con maíz o frijol y en la época de de la conquista se empezó a utilizar la harina de trigo. En Colombia, por ejemplo, se hacen junto a queso fresco molido, huevos, almidón de maíz, almidón de yuca y azúcar. Se mezcla todo y se fríe. En Cuba es costumbre confeccionarlos con la masa de la yuca. En Ecuador, los hacen como si fuera una especie de pan con yema de huevo y los sirven fríos acompañados de miel hecha de panela o azúcar moreno. Para ellos también son dulces típicos en celebraciones señaladas como Pascua o Navidad, sobre todo en México. Cómo véis unos buñuelos con muchos siglos de antigüedad y que no dejan de apetecernos siempre en estas fechas. Os dejo la receta...

Para los buñuelos 

1 manzana
1 lámina de hojaldre
Aceite de girasol
2 cucharadas de azúcar
1/2 cucharadita de canela

Para la salsa de caramelo 

200 gr de azúcar
200 ml de nata
2 cucharadas de mantequilla
Una pizca de sal

1. Primero pelamos la manzana y si tenéis vaciador de melón sacamos bolitas. Si no tenéis podéis cortadla en cuadraditos.  

2. Estiramos la lámina de hojaldre con el rodillo un poco y cortamos círculos con la boca de un vaso. Redondeamos las esquinas de los cuadraditos de manzana y los vamos colocando en el centro de los discos de hojaldre. Le damos forma de bolitas y creamos los buñuelos.  

3. Freímos en aceite de girasol un par de minutos y escurrimos en papel absorbente. Hacemos una mezcla con el azúcar y la canela y rebozamos los buñuelos en ella cuando aún estén templados. Reservamos.
 

4. Para la salsa calentamos el azúcar en un cazo a fuego medio y dejamos que se haga un caramelo dorado. Añadimos la nata, la mantequilla y la sal. El caramelo se solidificara un poco pero poco a poco irá volviéndose líquido. Mantener al fuego sin dejar de remover hasta que espese y adquiera una consistencia de salsa. 

5.  Retiramos para que temple un poco y regamos los buñuelos con ella. Según vaya enfriando, la salsa esperará, por lo que os recomiendo que los comáis templados. Como os sobrara salsa, guardadla en un tarro de cristal en la nevera, os aguantará meses y podéis aprovecharla para otros postres. 





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