HELADO DE PALOMITAS DE MAÍZ AL CARAMELO

Las palomitas de maíz son un aperitivo elaborado a base de algunas variedades especiales de maíz. Posee una gran cantidad de nombres según las regiones de Sudamérica y España, como son pochoclos, purupú, pop, canchita, maíz pira, cabritas de maíz, maíz tote, picocas, tostones o cocaleca.
En 1948, en unas cuevas de Nuevo México, el antropólogo Herbert Dick y el botánico Earle Smith, de la Universidad de Harvard, descubrieron pequeñas mazorcas prehistóricas, algunas de las cuales no habían reventado totalmente. Los granos estaban tan bien conservados que aún podían explotar. De hecho, los jóvenes investigadores tomaron unos cuantos y los echaron en un poco de aceite hirviendo, donde se convirtieron en palomitas de maíz. Las pruebas de carbono 14 determinaron que las mazorcas tenían una antigüedad de 5.600 años.
En México, en las ciudades prehispánicas, ya se vendían a granel como leguminosas que se llamaban momochtli. Se preparaban en el momento, introduciendo maíz en ollas de barro muy calientes, o poniendo granos sobre ceniza ardiente. En 1492, Cristóbal Colón notó que los aborígenes americanos hacían sombreros y corpiños con palomitas de maíz, que vendían a los marineros.


Alrededor de año 1612, los exploradores franceses documentaron que los indios iroqueses hacían explotar maíz en potes de arcilla, utilizando arena ardiente. También informaron que durante una cena iroquesa, se consumía cerveza y sopa hechas a partir de palomitas de maíz. Los primeros colonos estadounidenses comían palomitas en el desayuno, con azúcar y crema.
A mediados del sigo XIX, con el uso del arado aumentó la siembra de maíz en los Estados Unidos. Sin embargo, el maíz palomero empezó a ser cultivado como una cosecha valiosa para el mercado hasta 1890. Desde entonces, trajo suficientes ingresos a los agricultores como para ganarse el sobrenombre de "oro de las praderas". La mayoría del maíz palomero del mundo se produce en Estados Unidos, principalmente en los estados de Illinois, Indiana, Iowa, Nebraska, Ohio y Texas, donde la planta crece bien en los veranos cálidos y soleados.


En 1885, Charles Cretors, patentó la máquina comercial para fabricar palomitas de maíz. Con un peso aproximado de 200 kilos, podía ser empujada por un muchacho o llevada por un pony. Los vendedores callejeros llevaban las máquinas a ferias, parques y exposiciones.


Con la invención del cine a principios del siglo XX, las palomitas se convirtieron en parte de la  nueva diversión. Los vendedores se instalaban fuera de las salas cinematográficas, pero no eran bienvenidos; los propietarios los consideraban una distracción. Sin embargo, las personas salían de las salas a comprar bolsas de palomitas en las banquetas y luego regresaban para comerlas mientras disfrutaban de la película. Algunos dueños de cines vieron la oportunidad de hacer negocio y propusieron a los vendedores instalarse dentro, repartiendo las ganancias. No pasó mucho tiempo para que los cines instalaran sus propias máquinas de palomitas y surgieran las versiones más dulces. Durante la época de la Gran Depresión, uno de los pocos lujos que podían darse las familias de vez en cuando era comprar una bolsa de palomitas de maíz por 5 ó 10 centavos. Mientras otros negocios fracasaban, el de las palomitas salían adelante.


Durante la II Guerra Mundial, Estados Unidos enviaba grandes cantidades de azúcar para sus tropas al extranjero y no quedaba mucha para hacer dulces. Gracias a esta particular situación, los estadounidenses consumían palomitas de maíz al caramelo tres veces más de lo no normal. Al principio de los años 50 surgió la televisión y el consumo de maíz palomero aumentó considerablemente, ya que la gente empezó a preparar palomitas en casa para ver sus programas favoritos.



A día de hoy, es muy común tener en casa palomitas que con el tiempo ha evolucionado para hacerlas en el microondas, de mantequilla o normales y metidas en bolsas de papel, y aunque sean muy prácticas, reconozco que la magia y el encanto de hacer palomitas en una sarten, viendo como subía la tapadera según iban explotando los granos de maíz como cuando yo era niña no tiene precio. A veces compro granos de maíz para hacerlas así en casa y a mis hijos les encanta. Hoy os traigo una receta que lleva palomitas de maíz al caramelo. Podéis hacerlas en casa o comprar un paquete ya hechas. Sea como sea, el sabor de este helado es increíble. Lo ví en el blog Manzana y canela a principios de verano, y fue rápidamente anotada en la lista de recetas por realizar. Esta vez tardé poco en hacerla, jeje. Prometo repetir este helado más veces, me encanta su sabor. Os dejo la receta...

Para las palomitas

200 gr maíz
250 gr azúcar
2 cdas aceite de oliva

Para el helado

400 ml leche
600 ml nata para montar
8 yemas de huevo
150 gr azúcar
2 cdas de miel
1 cdta esencia de vainilla

1. Si optáis por hacer las palomitas en casa, las hacemos explotar con el aceite en una cacerola tapadas. Cuando estén listas, retiramos del fuego y reservamos. 

2. En un cazo ponemos el azúcar al fuego y hacemos el caramelo. Cuando tenga un color dorado, añadimos las palomitas y removemos con una espátula moviéndolas de abajo a arriba para que se impregnen bien del caramelo. Las dejamos enfriar sobre papel sulfurizado para que no se peguen. Si queréis ahorraros este paso, podéis comprar palomitas al caramelo o dulces ya hechas. Con 2 paquetes de 125 gr tendremos suficiente.

3. Para el helado ponemos a calentar la leche. Cuando empiece a hervir, apartamos y volcamos las palomitas, dejando unas cuantas para decorar. Las empujamos con una cuchara para que todas se empapen bien en la leche. Las dejamos reposar 1 hora.

4. Pasada la hora, colamos la leche. La ponemos de nuevo a calentar junto a la nata pero no debe de llegar a hervir. 

5. En un bol batimos las yemas con el azúcar. Cuando la leche esté muy caliente añadimos un par de cacitos de leche y batimos bien. 

6. Añadimos esta mezcla al recipiente donde tenemos la leche y la nata. Incorporamos las cucharadas de miel, removemos bien y dejamos espesar. 

7. Cuando tenga una consistencia muy cremosa, retiramos y volcamos en un bol para cortar la cocción. Añadimos la esencia de vainilla y mezclamos. Dejamos enfriar.

8. Cuando esté frío, volcamos en el molde donde lo vayamos a congelar y lo dejamos 8 horas o toda la noche. En el momento de servir, lo presentamos con las palomitas que habíamos reservado. Os encantará.



Receta adaptada de Manzana y canela y Cakes para ti.

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