HELADO DE DULCE DE LECHE BAÑADO CON HILOS DE CHOCOLATE NEGRO

El helado es un alimento congelado que por lo general se hace de productos lácteos tales como leche, nata y a menudo se combina con frutas y otros ingredientes y sabores. Generalmente se endulza con azúcar, saborizantes, edulcorantes o miel. Típicamente se le añaden otros ingredientes tales como yemas de huevo, nueces, frutas, chocolate, galletas, frutos secos, yogur y sustancias estabilizantes.


El origen del helado se considera incierto, ya que el concepto del producto ha sufrido modificaciones en consonancia con el avance tecnológico, la generalización de su consumo y las exigencias de los consumidores. Pese a ello, se puede fijar como origen probable del helado la presencia de bebidas heladas o enfriadas con nieve o hielo en las cortes babilónicas, antes de la era cristiana. Antes, en el 4.000 a. C. en Persia, un plato enfriado como un pudin o flan, hecho de agua de rosas y vermicelli o cabello de ángel, se asemejaba a un cruce entre un sorbete y un pudin de arroz, el cuál era servido a la realeza durante el verano. Los persas habían dominado ya la técnica de almacenar hielo dentro de grandes refrigeradores, enfriados de forma natural, conocidos como yakhdan. Estos almacenes mantenían el hielo recogido durante el invierno o traído de las montañas durante el verano. Trabajaban usando altos receptores de viento que mantenían el espacio de almacenado subterráneo a temperaturas frías. El hielo era luego mezclado con azafrán, frutas y otros sabores variados.


Por otra parte, se dice que el rey de Macedonia, Alejandro Magno, y el emperador romano Nerón enfriaban sus jugos de fruta y sus vinos con hielo o nieve traídos de las montañas por sus esclavos. Durante la Edad Media, en las cortes árabes se preparaban productos azucarados con frutas y especias enfriadas con hielo de las montañas. A esta mezcla se le llamaba en árabe "sharbat". Esta palabra pasó al turco como "serbet" que derivó al hispano sorbete.


En China, el emperador Tang de la dinastía Shang, tenía un método para mezclar hielo con leche. De China, esta receta pasó a la India, Persia y después a Grecia y Roma. Es precisamente en la Italia de la Baja Edad Media cuando el helado toma carácter de naturaleza en Europa. El navegante Marco Polo en e siglo XIII, al regresar de sus viajes a Oriente, trajo varias recetas de postres helados usados en Asia durante cientos de años, los cuales se implantaron con cierta popularidad en las cortes italianas.
En el siglo XVI se descubrió que el nitrato de etilo mezclado con la nieve producía temperaturas muy bajas lo que influiría de manera importante en la fabricación de helados. Cuando Catalina de Médici contrajo matrimonio con Enrique II de Francia, ella hizo que su cocinero llevara las primitivas recetas de  helados a la corte francesa, guardándose las mismas con mucho secreto. En Francia se añadió huevo a las recetas. Una nieta de Catalina se casó con un príncipe inglés, llevando así el helado a Inglaterra. De esta manera, se difundieron estos productos en Europa llevándose luego a América durante la época de la colonización.


En el año 1686, el siciliano Francesco Procopio dei Coltelli abrió en París un establecimiento, llamado Café Procope, alcanzando gran fama por sus helados y su café. El rey Luis XIV lo llevó a su presencia para felicitarlo por su producto. Se puede considerar a este establecimiento como la primera heladería. Se dice que bajo este rey comenzaron a prepararse los helados de vainilla y chocolate hasta llegar al helado actual.


En 1913 se inventó la primera máquina continua para elaborar helados que consataba de un gran cilindro de acero, congelado por un equipo muy potente de frío y en la parte inferior, de un batidor con aspas impulsado por un potente motor eléctrico, que mueve la mezcla continuamente hasta que dicha mezcla alcanza la consistencia de una crema helada. Esta máquina fue perfeccionándose hasta llegar a las heladeras actuales.



La receta que os traigo hoy es de un helado que a mí personalmente me encanta. La mezcla de dulce de leche con chocolate la considero pecado mortal. Os dejo la receta para qué veáis de que manera tan fácil os podéis convertir en pecadores...

1/2 l de leche
200 ml de nata para montar
350 gr de dulce de leche
125 gr chocolate negro para postres
70 gr de azúcar vainillado
Crocanti de almendra
Barquillos de chocolate

1. Ponemos en una cacerola la leche, la nata y el azúcar a calentar. Cuando comience a hervir, lo apartamos y volcamos el dulce de leche. Removemos hasta que se disuelva. 

2. Ponemos en un recipiente de cristal o aluminio y dejamos enfriar. 

3. Metemos en el congelador y a cada hora lo sacamos y batimos con unas varillas para que no cristalice y quede cremoso. Repetir 3-4 veces. Dejamos congelar hasta servir.

4. A la hora de presentar en la mesa, derretimos el chocolate al baño María y rellenamos una manga pastelera. 

5. Ponemos varias bolas en una copa o cuenco, bañamos con el chocolate negro y decoramos con el crocanti de almendra y con barquillos de chocolate.






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