BOLLOS DE LECHE O "SUIZOS"

¿Alguien está suscrito a Netflix? Estoy segura de que sí. Y, ¿alguien enganchado a "Las chicas del cable"? Estoy a la mitad de la tercera temporada que estrenaron la semana pasada y me encanta. Es increíble como en algunas cosas hemos cambiado tanto en cuanto a la igualdad de género y como en otras, tan poco. Espero que algún día, la igualdad sea un hecho y las mujeres no tengamos muchas veces que perder batallas que no deberían existir.
Una de las cosas que más me gusta de la época es como eran las relaciones entre hombres y mujeres, el cortejo, el respeto, la timidez, el descubrir cosas juntos por primera vez...No hablo de la sumisión de la mujer que la había y mucho, hablo de cuando una pareja paseaba, tomaba un café, sonreían, se miraban, que también había sexo como siempre ha existido por los siglos de los siglos, pero quizás no era tan explícito como hoy en día, que creo que algunas veces está de más.
Otra de las cosas que me encanta de la serie son los cafés de la época. Eran los sitios a dónde se solía salir a tomar un café o un chocolate o una copa de anís. Siempre se me viene a la mente que en sus mostradores debían de tener bollos de leche, buñuelos o rosquillas. No me preguntéis por qué, pero siempre relaciono estos dulces con esa época. Ayer estuve viendo algunos capítulos y lo recordé de nuevo. Siempre digo que tuve que tener una vida pasada a comienzos de siglo XX. Quizás sea por que veo sólo la parte bohemia de las cosas, quizás porque sea demasiado romántica, también puede ser, no sé. Lo cierto es que me estoy enredando en elucubraciones varias para presentaros la receta de hoy, los míticos "suizos", unos bollos tiernos y dulces que hacen un de un desayuno o de una merienda, una fiesta.
 El bollo de leche o "suizo" tiene su origen en las pastelerías madrileñas. En la calle Alcalá, donde más tarde se construyera el edificio del Banco Bilbao (ahora BBVA), estuvo situado el Café Suizo. Se inauguró el 3 de junio de 1845 por dos suizos llamados Pedro Fanconi y Francisco Matossi, que, en honor a su país, le pusieron este nombre.


El bollo se servía como desayuno y merienda habitualmente en los cafés madrileños, pero el del suizo adquirió tal fama que acabó dándole nombre. Allí iban de tertulia los hermanos Bécquer, y después, Eusebio Blasco, Salvador María Granés y Manuel de Palacio.  Cuenta Enrique Jardiel Poncela (gran asiduo de las tertulias) en su libro "Exceso de equipaje" que en Suiza preguntó a un camarero por este bollo y el camarero le dijo que no existía. Al describir su forma, el caballero le comentó que lo más parecido era el "bollo español". Poncela lo pidió y le trajeron un bollo suizo.


Los bollos de leche tuvieron mucha popularidad a principios del siglo XX cuando se introdujo en la repostería española la conocida como "levadura francesa", denominada así por ser procedente de la factoría francesa Singer. Se trata de un bollo elaborado con una simple masa brioche que posee como característica externa una hendidura en su superficie sobre la que se asienta azúcar en polvo y cristalizada. Tiene forma redonda de media esfera y su masa es muy tierna pero tiende a resecarse, por lo que no durará más de dos o tres días. La masa brioche se cree que se originó de una receta tradicional normanda. Se sirve a menudo como pasteles o como base de un postre, con muchas variantes locales que añaden algunos ingredientes, rellenos o condimentos propios.


Jean-Jacques Rousseau, en su autobiografía "Las Confesiones" de 1873, escribe como una gran princesa a la que se le dijo que los campesinos no tenían pan, contestó: "Qu´ils mangent de la brioche!", cuya traducción sería "¡Que coman brioche!", frase popularmente atribuida a María Antonieta.


Los suizos son bollos, que a pesar de tener origen madrileño, son fáciles hoy en día de encontrar en pastelería y cafeterías de toda España . Hoy os dejo la receta para que podáis hacerlos en casa y disfrutarlos. No son para nada difíciles de hacer, tan sólo necesitan tiempo como masa levada dulce que es, pero nada más. Al final, cuando los probéis, ya me contaréis como ha merecido la pena hacerlos caseros. Os dejo la receta...

600 gr de harina
200 ml de leche
100 gr de azúcar
50 ml de aceite de oliva
30 gr de levadura fresca
2 huevos

1. En un bol ponemos los huevos, el aceite y el azúcar.  

2. Templamos la leche y disolvemos en ella la levadura y la añadimos al bol. Batimos y vamos añadiendo la harina por tandas y mezclamos con un tenedor. Cuando la masa vaya cogiendo consistencia vamos amasando y mezclando con las manos. Es bastante pegajosa pero hay que seguir amasando hasta que se despegue del bol. 

3. Hacemos una bola, tapamos y dejamos que leve un par de horas. Cuando haya pasado el tiempo veremos como ha subido el doble. Desgasificamos.  

4. Tomamos porciones y hacemos como si fueran pequeñas tortitas. Las ponemos en una bandeja de horno. Con un cortapizzas le hacemos un corte encima y dejamos levar otra hora más.  

5. Pasada la hora pintamos con huevo batido y en la ranura de la incisión ponemos azúcar. Horneamos 20 minutos a 200°.


Comentarios

Entradas populares