GALLETAS ABIZCOCHADAS DE CHOCOLATE BLANCO Y ARÁNDANOS ROJOS
He comentado alguna vez que en casa somos muy delicaditos con las galletas, no gustan todas, solo algunas y casi siempre de elaboración casera. Una de las favoritas que tengo que hacer en cantidades desorbitadas son las galletas que os traigo hoy. Mis hijos son fans absolutos del chocolate blanco. A mí no me gusta demasiado, me resulta demasiado pesado y es una bomba de calorías que no es por que mis hijos vayan a engordar, que no están precisamente pasados de kilos, pero sí por salud, no son muy saludables. No suelo comprar tabletas porque son capaces de comerlas de una tacada, así que compro sólo cuando voy a hacer algo de repostería. A mí particularmente, el que me gusta es el chocolate negro, pero reconozco que el chocolate blanco dentro de algún dulce le da un toque bastante bueno, como, por ejemplo, en estas galletas. Estoy segura de que os gustarán porque aunque sean duras por fuera, por dentro tiene una textura blandita, abizcochada, y los arándanos le da ese toque ácido que contrasta con el dulzor del chocolate blanco. Cuando las pruebas, son adictivas.
Pero entrando en la historia, ¿sabéis cuál es el origen del chocolate blanco? Aunque Cristóbal Colón pisara América en 1492, no será hasta que llegó Hernán Cortés a México cuando los europeos se rindieron ante la planta del cacao y su bebida. A su llegada a España, este fruto pasó a llamarse chocolate en su derivación líquida lo que los indígenas llamaban "agua amarga" (Nauatl xocoatl), siendo la gran sensación de la sociedad española. Fue un producto muy extendido en el viejo continente cuyo consumo era exclusivo de países católicos.
En el siglo XVIII surgieron los primeros logros industriales para fabricar chocolate de manera sólida, lo cuál ayudó a extenderse en países protestantes acérrimos amantes del café y el té, dejando arrinconada a la nueva bebida emergente: el chocolate.
Algunos de los componentes que hoy en día forman la receta tradicional del chocolate se han ido manteniendo con el paso de los siglos: a parte de la manteca y el azúcar, todos los chocolates poseen polvo de cacao, el cuál se obtiene tras un proceso de fermentación, secado y tostado del grano de cacao molido sin cáscara. Gracias a las distintas combinaciones de estos tres ingredientes básicos y algunos que formaron parte de este proceso como la leche o la almendra, se fueron elaborando diversos tipos de chocolate como el chocolate con leche, con almendra, con avellanas, con naranja... hasta que la compañia suiza Nestlé cambió las reglas comercializando unas barritas llamadas Galak.
Esta barrita contaba con la peculiaridad de ser de chocolate blanco por el hecho de fabricarse sustituyendo el cacao en polvo por leche con el fin de dulcificar el amargor del cacao. Para seguir teniendo ese sabor tan característico, se optó por manteca de cacao, uno de los sobrantes de la fabricación del cacao en polvo. Por esta misma razón, el chocolate blanco no debería llamarse como tal, pese a ser una derivación del mismo. Por el uso de sus distintos ingredientes, no encontraremos una mezcla dulce y amarga como el chocolate tradicional, más bien dulce por ser blanco y procedente de la leche.
El chocolate blanco a día de hoy se considera más perjudicial que el chocolate común. La deficiencia de cacao en el chocolate blanco se compensa con glúcidos, perdiendo de manera sorprendente los beneficios que nos puede aportar el cacao, como por ejemplo, ayudar a mejorar la hipertensión, siempre y cuando ingiramos cantidades mínimas y controladas.
Visto lo visto, lo mejor es no abusar, pero hacer estas galletas, así como algo esporádico no creo que mate a nadie, así que os dejo la receta que es muy facilona...
150 gr chocolate blanco a trocitos o pepitas
120 gr mantequilla temperatura ambiente
260 gr harina
65 gr azúcar
65 gr azúcar moreno
1 huevo
1 cdta levadura
50 gr arándanos rojos deshidratados
1 cdta esencia vainilla
Una pizca de sal
1. Batimos la mantequilla con los dos azúcares y la esencia de vainilla. Cuando esté hecho una crema, añadimos el huevo e integramos.
2. Añadimos el resto de ingredientes: harina, levadura, sal, chocolate blanco y arándanos. Amasamos lo justo para integrarlo todo. Hacemos bolitas y aplastamos un poco.
3. Las horneamos a 180° unos 12-13minutoss. Cuando salgan estarán blanditas, pasadlas con cuidado a una rejilla hasta que enfríen totalmente.
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