CORTADILLOS DE ANÍS
Cuando queda inaugurada oficialmente la Navidad en casa, los aromas que se desprenden son brutales. Anís, ajonjolí, almendra tostada, canela... Aromas navideños y de infancia, de cuando se reunían las mujeres de la familia para hacer los dulces en casa. Y también aromas a convento y monasterio. Esos dulces que han dejado las cocinas monacales a lo largo de la historia legando tantas y tantas recetas.
Uno de estos dulces que yo siempre preparo en Navidad son estos cortadillos de anís que realizan en el Monasterio de Santa María del Socorro en Sevilla o las Clarisas de Santa Isabel de Valladolid. Son unas pastas que llevan manteca de cerdo lo que ayuda a que tengan esa textura final hojaldrada. Es uno de los dulces que se adaptan mejor a la descripción del convento que viene en el prólogo del libro de las Clarisas "Dulces y postres de las monjas". "La cocina de nuestro convento huele a dulce, a azúcar tostado, a canela, a esencias, a horno antiguo. De nuestras manos y del milagro cotidiano de la harina y el azúcar, de las yemas y la manteca..."
Os animo a que probéis a hacerlos porque son muy sencillos y tienen un sabor increíble, y así entre nosotros, si los ofrecéis en estas fiestas a vuestros familiares mayores, madres, abuelas, suegras, estoy segura de que os van a hacer la ola, porque en el primer bocado les va a transportar a los dulces antiguos, a los de hace años. Os dejo la receta y me contáis...
250 gr manteca de cerdo a temperatura ambiente
3 huevos
150 gr azúcar
El zumo de 1/2 limón
2 cdas esencia de anís o 1/2 copita de anís dulce
Un puñadito de anís en grano
500 gr de harina
Almendras enteras
Azúcar para rebozar
1. Separamos las yemas de las claras. Batimos la manteca con las yemas. Quedará una especie de crema a la que añadiremos la esencia de anís.
2. El anís en grano lo machacaremos en un mortero. Lo colamos ayudados de una cucharilla y dejará un polvo que huele a gloria bendita. Lo añadimos a la masa. Si queréis en vez de esencia y anís en grano podéis echar media copa de anís.
3. Añadimos también el zumo de limón colado. Agregamos el azúcar. Y por último, la harina en tandas. Mezclamos.
4. Batimos las claras a punto de nieve. Las iremos añadiendo a la masa a cucharadas y vamos integrando poco a poco.
5. Cuando esté todo bien mezclado, estiramos la masa entre 2 papeles sulfurizados hasta 1 cm de grosor. Vamos cortando la masa con un cortapastas redondo rizado. Ponemos sobre la bandeja y colocamos una almendra entera encima de cada cortadillo.
6. Horneamos a 250° unos 10 minutos. Al sacarlos aún calientes rebozamos en azúcar. Los recortes que queden de masa los volvéis a amasar y seguimos marcando más cortadillos incluso con cortapastas más pequeños, así tendremos dulces de distintos tamaños.
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